Mi nuca te ve.

Estuve pensando: Qué siento hacia la gente?

La sociedad, los humanos con los que rozo día a día, los mamíferos de cuatro patas capaces de analizar su propio ser, una paradoja.

Esos seres, lo que me provocan no lo provocan todo el tiempo, algunas veces los minutos se hacen celebrables y la vida junto a ellos siendo uno de ellos se transforma y se vuelve festejable. Ser tal inmensamente pequeña casualidad de la existencia del universo, si es que comprendemos y definimos la existencia correctamente o lo más "real"posible, suelta dopamina en nuestro ser humano y nos dan esas ganas de reir y ponderar la vida. La nuestra.

Me incitan un desencanto tan rápido que podría vivir enojada con ellos, una decepción de tal magnitud que podría odiarlos sin ninguna dificultad y vivir recordando cada preciso fallo en cada preciso paso que dan.

Si podría, y podría odiarme y enojarme conmigo misma por ser un humano también y ser parte de la raza más sucia, engañosa y artificial de la naturaleza, la que más daño provoca hacia su propio prójimo, la más autodestructiva, seguramente, de una buena parte de este universo.

Éstas emociones no llevan a nada bueno, o al menos no a algo bueno y duradero.
Ojalá fuera gato, o un ave.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Nervios de punta redonda

A lo Johnnie Walker.

Ya te leí