Pasaba.

Ésa gente que pasa me pesa.
Me pesa su alma, su pesar, su andar conforme en la vida. Pero quién soy yo para concluirlo? Sencillo, los veo igual que yo, caminando, indiferentes, sin voltearse a ver o viéndose las ropas, sin sonreír, sin disfrutar, apurados o tranquilos pero siempre de paso. ¿Porqué? ¿Porqué siempre estamos de paso?

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