Si yo confesara cada cosa que sé y por mi propio bien nunca dije, digo, ni diré, quizás ellos entenderían las razones por las cuales terminan las cosas.

Es un último suspiro que me queda a mi propia consolación (?), he encontrado partes de mi escondidas y perdidas dentro de un ajeno corazón, con charlas banales y circunstanciales vienen a mi y me doy cuenta que soy un juguete roto.

Quiero amar y reír, quiero disfrutar mi soledad igual que disfruto un buen corazón que comparte conmigo sus verdades, y desgraciadamente sus mentiras. Maldita sea.

Hay alguien a quien realmente pertenezcas?
O uno lo va haciendo a lo largo de los años?
Soy acaso un trozo de carne que vino a dar lecciones y luego retirarse?
Hay algo en lo que acaso sirva de... algo?

Quiero merecer, y no merezco nada, ni tú, ni nadie.
Será él? Será él, acaso? quiero que sea él.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Nervios de punta redonda

A lo Johnnie Walker.

Ya te leí