Angie.
Hoy he pensado mucho, me he sentido tan bien y tan mal.
Por primera vez tengo un proyecto que sólo me incluye a mí, y ese proyecto a llenar cada vacío que hay en mí, cada sentimiento de culpa que he tenido a lo largo de mi vida porque he cargado responsabilidades sobre mi espalda que quizá no debí.
No sé que va a pasarme, sólo sé que quiero, deseo, necesito estar sola.
Lo estoy disfrutando, pero ya no me quiero vivir abandonada.
Siento que él me abandonó, y ella, y él, y él también, y ellos, y ellas, y todos los que han pasado por mi vida, cumplan con el papel que cumplan en mi vida, sean pareja, amigo, amiga, compañeros, primos, tíos, hermanas y papás, yo sé que no me abandonaron, yo sé que al momento de dar todo y dar nada sólo reitero mi abandono.
Abandono el amor por alguien, por algo, por mi carrera, por la escritura, por el ejercicio, la universidad, y el único de mis amores constantes es una cerveza, una deliciosa cerveza.
Y es que ella nunca me ha traicionado.
Sé más de lo que debí de muchas personas, por eso me fui, porque la duda me dió pánico, la soledad me dió pánico, y en mi huida me abandoné a mi misma.
Sé que he abandonado mis sueños y ganas, y sé que éste es sólo el principio de una larga recuperación de mis pedazos, que tendré que unir con amor propio, que por algún lado debe de estar.
Me han mentido, me han manipulado, me han pisoteado, me han ahorcado, me han roto, y todo cae en que soy culpable de ello pero de distinta forma, porque me abandoné y me falté al respeto.
Perdón.
Mi error está en la culpa.
Mi vida está en deslindarme y perdonarme por abandonarme todo este tiempo, más en ésta ciudad que en cualquier otra, pero yo sé que éste círculo empezó desde muy niña.
Me juro a mi misma ser fiel a mis ideas, mis ganas, mis sentimientos y mis pasiones.
Por mí, para mí.
Te quiero, aunque no lo he sabido demostrar, Angie. Con mayúscula, lo mereces.
Por primera vez tengo un proyecto que sólo me incluye a mí, y ese proyecto a llenar cada vacío que hay en mí, cada sentimiento de culpa que he tenido a lo largo de mi vida porque he cargado responsabilidades sobre mi espalda que quizá no debí.
No sé que va a pasarme, sólo sé que quiero, deseo, necesito estar sola.
Lo estoy disfrutando, pero ya no me quiero vivir abandonada.
Siento que él me abandonó, y ella, y él, y él también, y ellos, y ellas, y todos los que han pasado por mi vida, cumplan con el papel que cumplan en mi vida, sean pareja, amigo, amiga, compañeros, primos, tíos, hermanas y papás, yo sé que no me abandonaron, yo sé que al momento de dar todo y dar nada sólo reitero mi abandono.
Abandono el amor por alguien, por algo, por mi carrera, por la escritura, por el ejercicio, la universidad, y el único de mis amores constantes es una cerveza, una deliciosa cerveza.
Y es que ella nunca me ha traicionado.
Sé más de lo que debí de muchas personas, por eso me fui, porque la duda me dió pánico, la soledad me dió pánico, y en mi huida me abandoné a mi misma.
Sé que he abandonado mis sueños y ganas, y sé que éste es sólo el principio de una larga recuperación de mis pedazos, que tendré que unir con amor propio, que por algún lado debe de estar.
Me han mentido, me han manipulado, me han pisoteado, me han ahorcado, me han roto, y todo cae en que soy culpable de ello pero de distinta forma, porque me abandoné y me falté al respeto.
Perdón.
Mi error está en la culpa.
Mi vida está en deslindarme y perdonarme por abandonarme todo este tiempo, más en ésta ciudad que en cualquier otra, pero yo sé que éste círculo empezó desde muy niña.
Me juro a mi misma ser fiel a mis ideas, mis ganas, mis sentimientos y mis pasiones.
Por mí, para mí.
Te quiero, aunque no lo he sabido demostrar, Angie. Con mayúscula, lo mereces.
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