Pestañas.

Me estoy muriendo.

Sí, me estoy muriendo.

No de esa muerte en la que deja de latir el corazón o la sangre ya no fluye al cerebro.

Esa muerte quizá implique menos sufrimiento.

Estoy muriendo del alma, estoy muriendo.

No puedo pedir ayuda,

Nadie podría dármela.

Estoy muriendo porque te vas,

Estoy muriendo porque entre tus brazos no soy yo la que está.

Estoy muriendo porque me come el alma saber que no volveremos a estar juntos.

Porque nunca estuvimos juntos.

Nunca me dijiste que me amabas.

Que me querías siquiera.

Pero me aferré a la probabilidad de la que siempre hablabas.

Te esperé mucho tiempo, anhelando despertaras.

Estoy muriendo porque me despedí de mi intelecto por bien venirte a ti, 

Estoy muriendo porque yo sé cuántos adioses me costaste

Me costaste.

Me costaste muy caro.

Eres mi inversión más grande.

Fuiste.

Porque te fuiste.

Tan tranquilo, tan campante.

Y yo aquí sola,

Cada vez mas lejos

Cada vez mas sola

Amándote.

Desgarrándome.

Muriéndome.

Encadenada a mi sentir.

A ti.

A ti que no te importó tratarme como si valiera menos de la mitad de lo que soy.

A ti que me robaste todo, la cordura, el autoestima, la autosuficiencia.

No, no me lo robaste.

Llegaste, me enredaste, te creí y te obsequié todo.

Y me quedé con las manos estiradas.

Ni un gracias obtuve a cambio.

Te amo tanto, tanto.

Te amo tanto que te odio tanto.

Odio que me hayas manipulado a tu conveniencia.

Odio que me hayas hecho retroceder mis avances.

Odio que exista la crueldad en tu corazón.

Odio que seas tan tonto, tan ignorante.

Odio que yo esté aquí, sola, llorándote, en tu cama.

Esperándote, para que mañana te vuelvas a ir, y pasado, y pasado, y pasado, y así hasta el miércoles, cuando por fin te vas a ir para no volver.

Vete y déjame con mi dolor, la única prueba que tengo de que estea ño y medio en verdad pasó, ¿fuiste real?

No.

Lárgate.

No vuelvas, tú no sabes amar.