Voy a pintar

Ese dolor abdominal.
Nunca creí que a mi me pasaría, hace tiempo dejé de sentirme hábil para expresar lo que siento con palabras.
Tanto emociones positivas como negativas.
El leve pasar de una hoja transportada por el viento me parece poético. Me dicen que vivo en otro mundo.
Me reprochan que no pongo atención. Si pongo, pero no a lo mismo.

He dejado de controlar tanto a mi mente.
No es tan destructiva, al contrario, tiene más amor de lo que conocía.
Entre tanto, no encuentro lugar para lo que hoy ya me parece banal, y que antes rigió mi vida, la sigue rigiendo. Sigo funcionando en sociedad, con mi carrera por delante. Sigo haciendo reír a los demás con mi ácido.

Pero dentro de mí, importa más el vaivén de las olas, que me gustaría ver cada día, cada noche.
Quiero dejar de hablar, quiero crear y sentir.

La vida es una aventura, decisiones no tienen arrepentimiento como opción.
El suave sentir de su pecho, y los vellos de sus brazos que lo adormecían. Lo voy a recordar como lo he recordado estos últimos ... años. Es ese retorno al que siempre despabilo, como mosca de panteón.

No vengas, hoy no vengas. Ya no me tortura, al menos.
Hoy voy a sentir el calor del sol cuando camine a casa, eso me hace sonreír, porque veré al dulcero al que siempre le hago una mueca.

Porque escucharé al de la llantera creerse superior por ser macho, me asquea, y al mismo tiempo lo compadezco. Somos iguales y esto no tiene sentido, si entendiera.

Ya quiero que sea mañana. Voy a pintar,