Seis años

Hermosa inseguridad de no darte por sentado: el miedo.

Los nervios, palpar el terreno, la reciprocidad, descubrir, se eriza la piel. 

Esbozo inevitablemente una sonrisa, y procedo. Y es mutuo. 

Inhalo, exhalo, me siento tan feliz. 


Todo embona, entiendo mi camino recorrido. Gracias, te extrañé. 

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