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A ese que bien conozco, que sólo cambia de nombre.

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A ése que bien conozco, que sólo cambia de nombre. A ése que no está listo o no quiere amarme; No vine a este mundo a convencerle de lo maravillosa que soy, de hecho, aún sin saberle muy bien el nombre, estoy convencida de que no he hecho más que llenarle los bolsillos de dudas con mi manera tan repelente y voluble de ser. No vine a medirme a este mundo donde no te dejan ser tú. A medir mis chistes, a medir mis ganas, a medir mis pensamientos porque no congenian, a esperarle y quererle porque «no hay de otra». Yo no sé qué tiene usted que hoy me guste, pero si sé qué es lo que tiene usted que le disgusta o le asusta o le da pereza o le aleja o lo repele: a mi. No se preocupe, no me tendrá por mucho tiempo, gracias a usted. Usted no es el primero que pasa por mis sábanas y me hace desearle y pedirle sin palabras que se quede. Usted es uno de varios que no puede conmigo. Porque soy mucho de ésto, mucho de lo otro, demasiado algo. Y usted no busca lo mismo. Porque, por más que...

Esos ojos de loco

Hay mucho aquí que no quiero perder. Las compatibilidades son inmensas, las probabilidades de encontrarnos eran mínimas. Las incompatibilidades son infierno. Tan intenso que no estoy segura de poderlo manejar. Tan constructivo y tan destructivo. El misterio de tus momentos. Tu individualidad que me atrae y me repele. El sedante que me inspira. Sólo permitiendo que me destruyas es como puedo lograr ser buena en algo. Me fascinas.

Yin yang

¿Cómo llegué aquí? Ya  tengo casi dos años viviendo en el Caribe, hace dos fines de semana estuve en Tulum, Quintana Roo, en una especie de cabaña, un rush increíble me quitó cobijas, suéteres, ligas, ataduras, me sacó al frío intenso que había en la terraza, y no pude más que abrir los brazos y llorar: ¡GRACIAS, VIDA! Haya o no un precedente, estas sensaciones son increíbles. Vine con la misión de amarme, y me amo incondicionalmente, aunque mi autoestima no presuma de un buen estándar, abrazo mis heridas, el autoflagelo, vivir en mi cabeza no me ha sido fácil. Tener la certeza de que siempre me acompaño. Nunca estoy sola. Soy mi mejor amiga. Soy el amor de mi vida. Gracias por no matarme. Haré que la energía que salga de mi cuerpo cuando éste muera, sea la más intensa y la más serena. Todo al mismo tiempo, que esté viva, aunque la carne muera. Estoy viviendo una depresión distinta, supongo que es felicidad. Sí combinan. Me pertenezco.

Sin título 99999

Estas paredes son distintas. No me dan claustrofobia, la gente aquí vale. La gente aquí tiene sueños. La gente aquí los cumple o los soporta. ¿Y yo? Aquí. Soy libre porque pienso.

Nervios de punta redonda

En la misión eterna de amarme. Más sola que nunca y más sabia. ¡Me acepto! ¡Me quiero! Las ganas de escapar, de cambiar, de correr como una loca que soy, no se me van ni se me irán, porque así soy. Estabilidad dentro de lo temporal. Qué bonito. Qué bonito es estar llena de ronchas, gracias vida, por dejarme vivirte.

Todavía

No, cada quien no tiene lo que merece. Cierto, cada quien obtiene lo que refleja. Toma un trapito, borra las manchas, pule tu espejo y el reflejo cada vez estará más nítido. No cualquiera merece tu amor, no cualquiera te va a valorar, no cualquiera va a tomar tu mano con la misma fuerza que tú, no importa si es menos peor que lo anterior, eso no significa que es lo indicado para ti. Todos saben lastimar, no importa el amor que reciban. Mi paciencia va más allá que mi autoestima, es hora de darle la vuelta.

Escrito campechaneado.

Cada día aprendo, cada mes, cada año. He tenido bastantes lecciones sobre el amor, la cordura, las relaciones con otro ser humano, en general. Qué interesante es la interacción. Y yo rechazada de la maestría en Ciencias Sociales, nunca lo voy a olvidar. Quizá fue un paro de la vida. A veces siento que mi falta de fé hace que mi vida esté vacía, y es eso lo que no me ha dejado crecer o desarollarme al cien por ciento. Recuerdo cuando me di cuenta que no era una mujer intelectual, era una personita más. Creo en la complejidad, creo en lo simple. Creo que mi extrema solidaridad con cualquier ser me hace extremadamente dispersa. Noséquiénsoy. Y nunca lo voy a saber. Soy eso, soy todo, soy nada. Ah qué mi Javier, te extraño, eres el amigo que quiero tener hasta morirme. La nostalgia se ha apoderado de mi vida, a veces me desespera, quiero despabilarme, quiero huir y correr en la playa y nadar y ahogarme. Gracias por conectarme. Gracias a mis pulmones, por ayudarme a...